Las características que afectan al grado térmico de las bujías dependen del acabado interior de las mismas, es decir plateado o mate, del diámetro de la cavidad que aloja al filamento, del diámetro de la espiral del filamento, de la composición del filamento platino-iridio o platino-cromo, pero fundamentalmente del grosor del filamento de incandescencia. Las bujías frías son las que tienen el filamento más grueso en comparación con otra caliente de la misma marca que lo tendrá mas fino. Nos encontraremos, además que pueden llevar un “puente” (idle bar) en la cavidad de la parte inferior del filamento. La finalidad de éste es desviar el flujo de la mezcla aire-combustible y prevenir el apagado del filamento en el ralentí del motor. Además, pueden ser de cuello largo o corto. Se refiere a la longitud de la rosca que entra en la culata del motor.
El porcentaje de nitro metano que tenga nuestro combustible será también un factor a tener en cuenta a la hora de elegir el grado térmico de la bujía. Dado que el nitro metano aumenta la temperatura de combustión, la elección del grado térmico debe ser más fría cuanto mayor sea el porcentaje de nitro. Se considera un porcentaje bajo de un 5% a un 10% de nitro, medio por encima de esto hasta un 20% y elevado de aquí hasta un 30% o más. En el caso de los motores de 4 Tiempos nos encontraremos que se utilizan también bujías de tipo frías. Pese a que en estos motores la explosión en la cámara de combustión se produce cada dos vueltas de cigüeñal se debe utilizar bujías frías por otro fundamento distinto del explicado anteriormente. El motivo es que, el filamento de mayor grosor de la bujía fría, conserva mayor cantidad de calor y se mantiene más tiempo incandescente.